La
fotografía es un medio que permite el acercamiento al mundo, al otro, al mundo
del otro, al mundo de uno mismo en el mundo del otro. En este acercamiento se
crea el lugar donde toma forma la identidad; identidad ajena, la del objeto
fotografiado y la identidad propia, la del fotógrafo.
La fotografía, a través de su aproximación al mundo, crea ese espacio donde tiene cabida la interrogación; aquella interrogación que provoca
la alteridad; la alteridad indispensable al conocimiento; conocimiento del otro, conocimiento de uno mismo, conocimiento del otro
en uno mismo y de uno mismo dentro del otro.
La significación del acercamiento fotográfico no reside tanto en la originalidad
del objeto fotografiado, ni siquiera en la genialidad del fotógrafo, sino más
bien en la relación que se establece entre el uno y el otro y, más allá, con
el ojo tercero, el que mirará más tarde las fotografías.
Relación implica interacción e interacción supone influencias mutuas tras el
descubrirse y el definirse en las diferencias. La fotografía, entonces tampoco
busca un acercamiento destinado a disolverse en la fusión, sino un acercamiento
que mantenga el distanciamiento y acentúe y respete las diferencias, el uno y
del otro. La fotografía es, pues, un medio que, a través de su acercamiento al
mundo, tiende puentes y lazos comunicativos. Para ello utiliza la mirada antes,
y la imagen, luego.
No se trata de una mirada inocente ni neutral; el fragmento del real seleccionado y
organizado es el resultado y la proyección de toda la trayectoria y memoria del
fotógrafo; él responde por y ante el acto fotográfico. Tampoco es una mirada
contaminada; el fotógrafo no ha perdido la pureza del sentir. Por el contrario,
es una mirada primigenia; aquella que remite constantemente a los orígenes;
aquella que permite, justamente, el permanente extrañarse ante los acontecieres de la vida, el cuestionarse sobres
las cosas del mundo. Nada está dado de antemano, nada es banal, nada responde a
un orden predeterminado o divino. Todo puede ser objeto de duda y, por ende,
objeto fotografable...
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